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EL VIAJE DE LA ELECTRICIDAD HASTA EL METRO

El pasado 28 de abril, toda la península ibérica se quedó sin luz. Sin energía en la red, los pasajeros de veinticuatro convoyes de metro se quedaron atrapados hasta que llegaron los servicios de emergencia. Porque parece mentira, pero coger el metro está tan imbuido en nuestra rutina habitual que no caemos en todo lo necesario para que funcione correctamente. Uno de los elementos más esenciales es, precisamente, el aporte de energía para que se pueda mover. De dónde viene y cómo llega es el Nos movemos de esta semana.

Este año 2025, el metro de Barcelona está celebrando su primer centenario. Desde su inauguración el 30 de diciembre de 1924, se ha movido empujado por la electricidad. Sistemas más antiguos en otras ciudades utilizaron locomotoras de vapor para la tracción, pero los desarrollados en el siglo XX ya empezaron a utilizar electricidad como fuente de energía.

 

Sin entrar en detalles en cómo, la electricidad se genera en las diferentes plantas eléctricas de España. Estas la vuelcan a las líneas de alta tensión que se utilizan para transportar mucha electricidad a largas distancias. El voltaje o tensión se puede imaginar como la diferencia de altura de una cascada que hace que el agua baje. En el caso del voltaje es parecido, la diferencia de potencial entre los dos puntos hace que los electrones viajen de donde el potencial eléctrico es más alto hacia donde es más bajo creando una corriente eléctrica.

 

El voltaje de las líneas de alta tensión es de entre 132 000 voltios y 380 000 voltios. En comparación, una pila AA de las de toda la vida tiene un voltaje de 1.5 voltios. Es decir, las líneas de alta tensión multiplican por alrededor de 200 000 la diferencia de potencial eléctrico que tiene una pila.

 

En España, hay más de 34 000 kilómetros de líneas de alta tensión. La corriente viaja por ellas desde las plantas eléctricas hasta las subestaciones donde se reduce su voltaje por inducción magnética. Todo el proceso ocurre en los transformadores. En estos, el cable por donde entre la electricidad, llamado devanado primario, está enrollado alrededor del núcleo. Cuando pasa la corriente se genera un flujo magnético en el núcleo hacia el cable de salida o devanado secundario. El flujo magnético induce una corriente eléctrica de salida. La clave para que se reduzca la tensión está en el número de vueltas (o espiras) de los devanados al núcleo. La relación entre voltajes tiene que ser igual a la relación entre el número de espiras de los devanados. Cuanto más voltaje, más espiras y viceversa. Por lo tanto, para reducir el voltaje en las subestaciones, el número de espiras en el devanado secundario tiene que ser más pequeño que en el primario en la proporción adecuada para el voltaje que se quiere.

 

 

Transformador

El proceso de transporte y de reducción de voltaje se repite hasta que llega a las subestaciones urbanas con el voltaje adecuado. Hay doce subestaciones repartidas por Barcelona que abastecen las líneas de metro. En total, dotan de electricidad a 125 kilómetros de red y 163 estaciones.

 

No todas las líneas de metro trabajan con el mismo voltaje. Las hay de 1500 voltios y de 1200. A los convoyes, la electricidad llega por catenaria rígida. Al revés que la catenaria flexible de los trenes, la catenaria rígida es un carril fijo que cuelga del techo de los túneles en el metro. La catenaria pasa la electricidad al convoy a través de los pantógrafos, unos ganchos que están en contacto constante con la catenaria. Ya en el vehículo, la electricidad se transforma en energía mecánica que es lo que mueve el metro.

Ahí no acaba la cosa. Al frenar, el metro devuelve energía a la catenaria. Antes solo se era útil si había un convoy cerca que la aprovechara, pero con el proyecto MetroCHARGE que lanzaron hace unos años han conseguido almacenarla en cargadores. De esta manera, el metro se vuelve más eficiente energéticamente para devolverla al sistema cuando se necesita. Un ejemplo, sería cargando los autobuses eléctricos.

 

Así que ya sabes, si lees esto desde el metro, la energía que te está llevando a tu destino ha viajado más que tú y se ha transformado varias veces. ¡No la desperdicies!

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